PORTOMARÍN- Camino de Santiago.
El camino por la provincia de Lugo, tal vez sea el semblante más íntimo y penetrante de las imágenes campestres gallegas, que cerca el caminante en su travesía.
Saliendo por la Rúa Maior, escalinatas arriba, el camino nos lleva por la puerta de La Iglesia, el edificio de la Prisión Preventiva, y nos coloca en un mirador, una especie de terraza sobre Sarria.
Unos 300 metros después, el Convento de la Magdalena, luego el muro del Cementerio hasta el río Pequeño, afluente del Sarria (a lo largo del camino, se ven varios cementerios abiertos, que son como jardines), el Ponte Áspera, praderas y granjas particulares, un viaducto para cruzar las vías, un arroyo que se cruza por sobre una pasarela de madera, castaños, hasta llegar a As Paredes.
Con unas pocas casas que dan lugar a la aldea, hasta llegar a Vilei, donde podés tomarte algo, apelando a la modernidad de las máquinas de vending y podés sellar tu credencial. Vale la pena una anécdota. Le pedí a un empleado si me permitía pasar al baño y me dijo que no. Una caminante que había tomado una bebida, me dijo que ella había pasado sin problemas, pero que le había comprado una gaseosa. No me dio tiempo ni de encargarla, y ya me estaba pidiendo que le mandara billetes antiguos, fuera de uso, de la Argentina, que era coleccionista!!!! Ya estaba apuntando el mail, cuando mi respuesta le mostró lo mezquino de su conducta. Me miró sorprendido y me dijo: “Le cambio el baño por los billetes”. Increíble, pero real. El llamado de la naturaleza tuvo que esperar un par de kilómetros más y él, se quedó sin billetes. Más adelante, la parroquia de Barbadelo (hay albergue) y si te corrés un poco del camino, la Iglesia Románica de Santiago.
Pasás la Aldea de Rente, el Mercado da Serra, donde hay que tener cuidado para no equivocar la ruta. Al cruzar la LU-5709, no se continúa por la carretera sino que se toma un corredor arbolado que aparece al frente. Al rato, se ve la fuente de Pelegrín, mascota del Xajobeo 93. El Molino de Marzán, Leiman y Peruscallo. Nos salimos del asfalto, luego de haber comido unas frambuesas, y bajo castaños, llegamos a Cortiñas y luego a Lavandeira y Brea. Llegando primero a un falso mojón de los 100 Km. y finalmente al verdadero. Unos metros después, está Morgade, con albergue y bar propios, muy llamativos por cierto. Venís caminando con los pies ardiendo y de lejos ves a los residentes del albergue, sentados junto al río, con los pies en el agua! ¡Y se te hacen agua los pies!
Si seguimos avanzando, pasamos por Ferreiros (parroquia de Paradela), y Mirallos., A Pena, Couto, y Rozas. Mercadoiro, Parrocha y Vilachá.
Un gran aliciente es el cruce del Río Miño a las puertas de Portomarín. Debo confesar que, por vértigo, no ha sido fácil atravesar sus 350 metros de largo ¡Es Altísimo! Y con muyyyyy poquita agua por la sequía, lo que lo hace parecer más alto aún, porque pone más distancia entre el puente y el agua . Saqué la foto mirándo para otro lado y lo crucé tomada de la baranda y silbando bajito. Se me hizo interminable, porque además, apenas podía caminar por las llagas. . La entrada al pueblo se hace por uno de los arcos del viejo puente romano - medieval, reconstruido para asentar una escalera, que también se hace interminable, considerando la cantidad de kilómetros caminados.
En lo personal, Portomarín me ha sido de mucha utilidad, ya que he despertado al aprendizaje de la “acupuntura Braille”. Sí, como leyeron. En este trayecto, luego de haber caminado 25 km, sólo de camino, me salieron unas terribles llagas en los dedos de los pies. Esto dificultó mucho mi andar, obligándome a reducir la velocidad y a tener que caminar incluso al mediodía, con temperaturas altísimas y a pleno rayo del sol. Así y todo, llegué de tarde y muy dolorida.
Me reencontré con Brenda y Hugh, a quien había conocido el día anterior en Sarria y afortunadamente, con más tiempo que yo como caminantes, estaban muy bien provistos como para estos menesteres. Por experiencias propias, se habían convertido en una especie de Drugstore ambulante, con todo tipo de soluciones para las llagas, esguinces, tendinitis, etc. Así fue como, gracias a Dios, se ocuparon de mis pies “cariñosamente”, al tiempo que me contaban sus ñañas pasadas. Hugh había estado varado dos días por este motivo.
A la noche, mientras los 150 compañeros de Albergue dormían como un bebé en los brazos de su madre y con la luz ya apagada, saqué las agujas e implementé la “acupuntura al tacto” o “por aproximación”. O sea…”debe de ser más o menos…por acá”. Funcionó muy bien, sobre todo, considerando que apenas podía moverme, para no despertar a mi vecino de la cama de arriba (son cuchetas).
Seguía con mucha suerte en cuanto al Albergue:
Albergue Ferramenteiro
Dirección: C/Chantada, Nº 3. Código postal: 27170
Localidad: Portomarín (Lugo)
Teléfono de contacto: 982 545 362
Email: info@albergueferramenteiro.com
www.albergueferramenteiro.com
Hay desayunos a partir de las 6:45/7:00. También pizzas y bocadillos calientes.
La calidez y el servicio de las chicas que lo atienden, lograron que a pesar del dolor y el daño de los pies, la estadía fuera grata y recuperadora. Fueron muy colaboradoras y siempre disponibles. Las instalaciones limpias y prolijas. Un lugar “cuidado”. Si algo merece acotación tal vez, es su gran tamaño (135 camas, separadas por cortinas, cada diez) que le da un toque “cuartelero” pero no desagradable. Para los ciclistas, las bicis quedan bajo llave, lo que las protege por un lado, pero hace más difícil el maniobrarlas o ir a buscar algo. En cuanto a la organización buena también, lo convierten en uno de los mejores albergues del camino, junto con Casa Peltre de Sarria. Son muy diferentes, pero muy recomendables los dos. Es privado (10 Euros). No tiene hora de entrada, se puede reservar por teléfono y cierra a las 23.
Tiene lavadero, lavadora y secadora a 3 euros cada una, tendedero, calefacción, heladera, agua caliente, máquina de café y expendedora de bebidas. En la terraza se habilitan mesas y sillas. No tiene establo o caballerizas. Hay una linda cocina y un salón de reuniones cómodo y amplio. Tiene teléfono público e Internet por moneda a un valor de 50 ctvs. de Euro los 15 minutos. ¡Recuerden llevar un adaptador de electricidad (transformador o adaptador) para los países europeos! El voltaje es de 220, Hz 50, ficha conectora CF. Te vas a acordar cuando tengas que cargar las baterías de la cámara, el celular o la notebook.
Luego seguimos.
Desde el alma y con el corazón
Liliana Marcela Pérez Villar
lilianamperezv@gmail.com
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