CON-M.O.V.E.R.S.E.
Vivimos en una cultura, donde siempre se nos enseñó a buscar “BENEFICIOS”. Las cosas y las personas, que a veces se significan como cosas también, deben ofrecer utilidades, dar provecho, ventajas o ganancias. Las acciones deben dar fruto, ser convenientes, rendir. y cuando dejan de ser "necesarias", simplemente, se DESCARTAN. Pareciera que el HACER sin obtener una RECOMPENSA, fuese acción de tontos. Algo así como que en un negocio, una transacción comercial, tuviera que haber siempre un estafado por alguien que, como es “vivo”, se aprovecha. Por cierto, una coraza del Centro Bajo.
Esta semana, me preguntaron: “¿Qué beneficios se alcanzan con M.O.V.E.R.S.E.?”La unión de estas dos últimas palabras, alivió el efecto “usurero” de la pregunta y me abrió una puertita a la síntesis:
“CON-M.O.V.E.R.S.E.”
Para no quedarme en una idea reducida del significado de la palabra, recurrí al viejo “mataburros”, hoy modernizado e interneteado.
CONMOVER: (Se conjuga como Mover) (Analizar en contexto)
Enternecer; emocionar; absolver; perdonar; provocar alteración sobre algo; ablandar; sacudir; tocar.
Benéfico (hablando de beneficios); caritativo; humano.
Sufrir el castigo (algo así como expiar culpas).
Delicadeza, ternura.
Con-M.O.V.E.R.S.E. lleva a MOVERSE-CON.
MOVER-CON lo que sentimos, deseamos, pensamos, y también a MOVER-SIN. Sin saber cómo, dónde, cuándo, quién…
Al “movernos” proyectamos lo que nos conmueve, nos perturba, irrita, obsesiona, lo que nos acongoja, aflige, mortifica o nos gustaría"
El “NO M.O.V.E.R.S.E.” también es una manera de “M.O.V.E.R.S.E.” que nos está indicando lo que cuesta conectarse con todos estos aspectos ninguneados, en base a vivencias poco felices, inconclusas y temidas. Lo que comienza siendo una protección, termina convirtiéndose en defensa, que rara vez, se asume como tal, por eso de que :"El pez es el último en enterarse que vive en el agua". Resulta tan fácil ver las corazas ajenas y tan difícil ver las propias! ¡Y encima CORREGIRLAS!!!
Así concluyó la síntesis: Recuperar la capacidad de CON-MOVERSE al M.O.V.E.R.S.E., capacidad que dicho sea de paso, parece ser una pieza de museo cada vez menos vista. Les deseo con el alma y de todo corazón, que se den la oportunidad de reencontrarse con su ternura y capacidad de conmoverse, algo que muy bien podría ser “tarea para el hogar”, comenzando HOY mismo.
Liliana Marcela Pérez Villar.
lilianamperezv@gmail.com
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