LAS CARAS DE LA ENFERMEDAD. UN PROCESO DE ADAPTACIÓN DEL SER.
Si pudiéramos dejar de entender LA ENFERMEDAD como un potencial enemigo y comenzáramos a conceptualizarla, como un PROCESO DE ADAPTACIÓN DEL SER ante una sorpresiva conmoción, nos asombraríamos de la capacidad de recuperación, ante lo que consideramos ADVERSIDAD. Esta posibilidad de reacción frente a lo inesperado que irrumpe en nuestras vidas, por lo general súbitamente, es lo que más cerca nos llevará a la recuperación. Si insistimos en separar lo meramente físico de una existencia INTEGRAL, nos quedaremos enredados en huesos, músculos, sangre…convencidos que con su mejoría acabará el proceso de enfermar. Sin embargo, esto sólo nos llevaría a repetir y repetir o a trasladar de un órgano a otro, de un diagnóstico a otro, de un accidente a otro incesantemente, DE UN CONFLICTO O TRAUMA PSÌQUICO A OTRO, porque lo esencial sigue siendo ignorado. El miedo a transitar el dolor ante cualquier situación que se vive como traumática, termina convirtiéndose en una huida desenfrenada hacia cualquier lugar, bajo el lema “Esto…no es aquí, ni ahora”. Aparece el efecto “papa caliente” y hay que encajársela a alguien o ponerla en algún lugar donde no queme. Adherencias y fijaciones al pasado que vuelven como rumiantes una y otra vez y no se liberan, resurgen con un poder altamente potenciado, ante cualquier disparador presente que encienda la mecha de la bomba de tiempo. Esa sería la explicación más sencilla de las reacciones violentas y desproporcionadas, en relación al estímulo que las produce. Algo actual que se desacomodó inesperadamente, algo que hizo ruido feo y avivó ese fuego ardido que esperaba una línea de escape. Ahora bien, lo INESPERADO puede ser ajeno o propio, pero la REACCIÓN es siempre propia. Desde un rayo en una tormenta, un sismo, una guerra lamentable, hasta un tema personal relacionado con los hijos, una separación, una cuestión laboral o económica, dependerá del grado de anticipación y clara visión que se tuviera previo al “TRAUMA”. Cuanto más alto sea el factor “sorpresa”, mayor será la reacción defensiva del SER para adaptarse. De esa manera, estará dando una respuesta, aunque sea desde la enfermedad, que no supo dar desde la salud. Sabemos que la vida y la muerte no son potestad del SER HUMANO (aunque por momentos parezca que sí), pero de la parte que está a nuestro alcance deberemos hacernos cargo, para aprender a dar una respuesta sanadora a ese proceso de enfermedad o aferrarnos al dolor, al rencor, al resentimiento y hundirnos con él. Hay dolores con los que habrá que acostumbrarse a vivir de por vida, pero habrá que colocarlos en algún lugar, donde se pueda seguir viviendo, a pesar de todo, resurgiendo de las cenizas “como el Gato Félix” y alquimizar desde el AMOR más puro que encontremos en el corazón. Considerar que la enfermedad es física o psíquica punto y aparte, sería un grave error. Hay un aspecto energético, que incluye la emocionalidad, los afectos o lo relacional, la intelectualidad, la mente y lo espiritual, que es por donde entra la enfermedad, contrario a lo que habitualmente se piensa. Y eso, trasciende la psique. Sube mucho más alto. Es fundamental, sobre todo para quienes se animen a reconocerse como muy intelectuales (se confunde con “mentales”), que intenten la sanación de tipo ENERGÉTICA, porque no van a poder “MANEJAR” el tratamiento, con la palabra por ejemplo, y eso que puede asustarlos por un lado, por el otro, les va a permitir desandar el camino de la enfermedad, aliviándolos de la responsabilidad de tener que sentirse “SIEMPRE EN CONTROL” y tal vez, aprendiendo a CONFIAR o recuperando la CONFIANZA perdida. Hay que estar atentos, porque son esos momentos mas intensos del tratamiento, cuando sentimos que finalmente "hemos dado con el nùcleo psicopatogenètico", con la gènesis de la enfermedad, cuando se abre la puerta al miedo. Ahì justamente, cuando empezamos a ENTERARNOS, cuando dejamos de NEGAR y empezamos a ver las cosas tal como son, cuando aparece la vìa de la SANACIÒN, entra la duda, lo dual, la sospecha, el miedo, la desconfianza, para poder huir nuevamente y REPETIR. De esa manera, no sòlo aparece la detenciòn, sino que los pasos vuelven para atràs. Por eso de "Mas vale malo conocido que bueno por conocer". Se confunde la ACEPTACIÒN con la RESIGNACIÒN. SE OLVIDA LO ANDADO. SE VUELVE. SE REPITE. Frente a la posibilidad de CAMBIO...SE HUYE por MIEDO, SOMETIMIENTO, CONFUSIÒN. Y todo aquello a lo que nos acercamos para poder cambiar lo que aparentemente deseàbamos cambiar, se convierte en incierto, se descalifica, se abandona. Se abandonan los tratamientos, las personas, las relaciones, aquello que tanto valoràbamos antes ahora hay que patearlo lejos. En fin. Para poder REPETIR, hay que abandonar lo que acerque a una modificaciòn. Y una vez mas, la desconfianza recae en los demàs y a veces, tambièn sobre el propio criterio. Para eso està la dualidad, para dejar de creer, de AMAR, de confiar y aferrarse a lo viejo, a aquello de lo que querìamos despegar. EL MIEDO ES LO OPUESTO AL AMOR. Es la pèrdida de la memoria, la memoria de lo vivido, de los afectos. Es soltar la mano. En las clases, cada tanto, suelo hacer alguna pràctica muy gràfica de lo que significa SOLTAR unilateralmente. Cuando se le suelta la mano a una situaciòn, un grupo, una persona...y el resultado es devastador. Los mas Juràsicos ya saben que eso puede suceder paralelamente en la vida en cualquier momento y por parte de cualquier persona, en cualquier situaciòn. El MIEDO es muy mal consejero y el ensimismamiento carece de sentido de OTREDAD y de integridad. Ahì surge la INFIDELIDAD. La ùnica, la verdadera. LA INFIDELIDAD A UNO MISMO, QUE NOS LLEVA A SER INFIELES CON AQUELLOS QUE SIEMPRE ESTÀN DESDE EL AMOR. HAY QUE ALEJARSE DE LA PSICOPATEADA. De lo contrario, se va a la deriva, con engaños y resignaciones, acomodando las cosas como para justificar lo que no se hace o se hace contrario al sentir, sin ocuparse de cuàntos cadàveres se vayan dejando por el camino. HAY COSAS QUE SE HACEN Y HAY COSAS QUE NO SE HACEN. Y de eso, NADIE ES RESPONSABLE MAS QUE CADA UNO DE NOSOTROS. LAS SOSPECHAS INFUNDADAS, LAS CONCLUSIONES TRAMPOSAS SON SÒLO EXCUSAS PARA NO ENFRENTARNOS CON LO QUE TEMEMOS, PERO EN EL FONDO SEGUIMOS DESEANDO Y NO NOS ATREVEMOS FINALMENTE A SOLTAR. NO HAY QUE PACTAR JAMÀS CON LA PSICOPATEADA. ¡ NO TRANCES! Si evaluàs las cosas por lo que vos creès que "te conviene", te respondo con esa lìnea de pensamiento: "Lo que se hace por conveniencia, nunca sale bien". Y si no lo resolvès, lo vas a trasladar a todas tus relaciones importantes, para pasarte la vida preguntàndote Por què te pasa tal o cuàl cosa? Bueno, ahora ya sabès. ¿Què te hace pensar que los demàs no se dan cuenta? No te das cuenta vos, o no querès darte cuenta, o jugàs a que no te das cuenta. Pero los demàs, siempre lo vemos. Lo que no vemos es lo relacionado a nuestra propia enfermedad. Y eso...seguro que vos sì lo ves. Un TIEMPO DE ENFERMAR, PUEDE SER LO MEJOR QUE NOS PASE EN LA VIDA. NO HAY QUE TEMERLE A QUIEN VIENE A ACTUAR COMO DESPERTADOR DE CONCIENCIAS. LOS DIAGNÓSTICOS “”””ACERTADOS”””” ESTÁN HECHOS PARA SANAR, NO PARA CONDENAR. Y SEGURAMENTE, PARA NO MORIRNOS DE PENA. Ponete en MOVIMIENTO.
Te esperamos para que vengas a M.O.V.E.R.T.E. con nosotros.
Desde el alma y con el corazón.
Liliana Marcela Pérez Villar
lilianamperezv@gmail.com
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