LA DECEPCIÒN Lo importante no es "lo que nos hicieron" sino "lo que nosotros hagamos con lo que nos hicieron o pemitimos que nos hicieran"
¡Cómo cala hondo el dolor de la Decepción! En el Centro del pecho, en el Palacio de las Emociones, En la Impronta Celeste! El Mar de la Energía se bloquea. Y esa relación, ese vínculo que tanto prometía, que parecía indestructible, amoroso, cuidado, confiable, de pronto…se…quiebra. Algo en nuestro interior se desacomoda. Y no importa si ha sucedido algo concretamente. No! O Sì…Eso es lo de menos. Suele tener màs que ver con los enojos, los rencores, las cosas no resueltas internas. Y lamentablemente, como la Comunicación es casi un milagro en nuestro tiempo, en lugar de hablarlo, y doblemente milagroso, con AMOR, se va instalando el frìo sin explicación alguna. A veces. Con tanto desconcierto que no se comprende, que cuanto más se intenta el acercamiento, mas rechazo se siente, y otras veces, en complicidad tácita e inconciente, se distancia también para no confrontar a quien se ama con èl mismo y con su entorno. Porque en definitiva, sigue siendo un acto de AMOR proteger a quien nos està dañando, manipulando, a pesar de nosotros mismos. Inùtil es tratar de llegar por algùn àngulo, porque el manipulador tiene todos los movimientos calculados y premeditados, desde su imagen, hasta su entorno. Serìa tonto pensar que sòlo nos manipula a nosotros. Es sabio reconocer que estas situaciones que no se aclaran nos esperan en cada esquina. No concluyen porque nosotros declaremos o manipulemos un fin, o un progresivo “enfriamiento”. Si nuestra regla de oro número uno en la vida es “no hacerle daño a nadie”, intentar “digitar, manipular un vínculo unilateralmente, sin darle espacio al sentir de un otro, a las consecuencias de nuestros actos en ese otro, es verdaderamente un acto por demás soberbio y egoísta. Y ahí no importa cuántas meditaciones hagamos por día, ni cuántas oraciones. La verdadera espiritualidad implica que nuestras pequeñas acciones cotidianas estén impregnadas de Amor. Actuar con animosidad o premeditación en un vínculo no tiene absolutamente nada de Espiritual. ¿No sería mejor para todos hacernos cargo de nuestras propias falencias? Nuestros problemas de comunicación, nuestra necesidad de controlarlo todo, de ser los mejores y demostrarle a los demàs que lo “logramos” aunque sea a costa de emparejarlo para abajo o ensuciarlo gratuitamente? ¡Como si ésto fuera posible! No serìa mejor poner la intención en la Bondad Superior? No es necesario destrozar a nadie, ni demostrar nada a nadie para hacer o dejar de hacer algo. Eso sòlo pone en evidencia que se està actuando desde la oscuridad. Es que cuando se AMA de verdad, esa admiración que el ser amado nos despierta, se convierte en fuente de inspiración en cada uno de nuestros actos. Pero cuando no se ama de verdad, la admiración se convierte en ENVIDIA, ya no es admiración, y por el contrario, es altamente destructivo. Lo que evitarà apreciarlo/a tan profundamente como cuando lo Idealizamos para poder amarlo y habrà que destruirlo. Ya sè que a todos nosotros, estas cosas no nos pasan porque somos perfectos!!!!! Pero aunque ustedes no lo crean, a muchos pobres mortales que andan por ahì, sì les suceden!!!!! ¿Quién no conoce la experiencia de sentirse decepcionado? ¿Quién no ha sentido en su cuerpo los devastadores dolores de una decepción? Nuestras Decepciones?. ¿Qué sabemos de ellas? Podríamos decir que cuanto mas altas sean nuestras expectativas mayores serán nuestras Decepciones? ¿Y esto de qué va a depender? ¿Oyeron hablar de los “pececitos de colores”? O de que “Todo depende del color del cristal con que se mire”. En definitiva, volcamos sobre un lienzo en blanco, una película personal, sin o con registro de lo que hacemos, aspectos propios que negamos, que no somos capaces de reconocer en nosotros mismos y se los encajamos a otro. Con un pincel lo vamos pintando con nuestros colores. Vemos a otro, pero ese otro, no es otro. Sólo le depositamos nuestros aspectos inconcientes., nuestras necesidades mas ocultas, nuestros amores mal canalizados, nuestras miserias. Y aquél que amábamos, respetábamos, valorábamos, de pronto, nos despierta las emociones mas bajas. Y tomamos represalias, tenemos deseos de venganza, de castigar. Comenzamos el lento, cruel e innecesario camino de la “Exclusión”, del “Destierro”. ¡Y ni que hablar cuando para sostener una imagen responsabilizamos al otro de nuestras desdichas u ocultas manipulaciones! “LA LEY FRÌA, MUDA Y EL DESTIERRO”, El peor de los castigos. Ayayayay, la SOBERBIA! -“¡Él/Ella cambió! ¡Antes no era así!”. Si, era así. Pero UD. Nunca lo había notado. Sólo había visto lo que deseaba ver. Y ni que hablar tampoco, si hemos tenido la mala suerte de poder estar, de dar una mano cuando alguien estaba pasando por su peor momento! Si tenemos la mala suerte de quedar como testigos de haber visto sus peores miserias! Que su imagen se viera deteriorada! Por supuesto que hablamos de situaciones que acompañan procesos de deterioro. No son conductas apropiadas de una persona saludable. Como ven, la salud abarca los siete cuerpos. Y la Decepción…también. Dependerá de lo que hagamos con ella. “Lo importante no es lo que nos hicieron, sino lo que nosotros hacemos con lo que nos hicieron” Como no sería lógico ir por el mundo matando a todo aquél que nos decepcione, lo “matamos adentro nuestro”, o “lo matamos socialmente”, o “le secuestramos su identidad, la sumamos como propia y para ésto , también necesitamos matarlo de alguna forma”. Descalificarlo, subestimarlo, ensuciarlo y de ser posible, hacerlo sufrir. El enamoramiento inicial es efímero y proyectivo. El Amor es Eterno y en él hay Fuerzas ocultas que no son porfía del Ser Humano. Esta sería la diferencia entre AMAR DESDE EL CENTRO MEDIO Y AMAR DESDE EL CENTRO CARDÍACO. Estas huellas quedan grabadas en nuestros cuerpos y es necesario poder movilizarlas, a través de la expresión para poder corregirlas. Incluir al CENTRO CORONARIO en este AMOR, implica una purificación permanente de nuestro Ser Primordial. Actualizar los sentires y reconocer y limpiar las emociones. Los espero para trabajarlo juntos. Liliana Marcela Pérez Villar.
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