lunes, 10 de noviembre de 2008

SUPER, SUPER, SUPER, RECONTRA SUPER “BRAKOBAMA”



El instante del idilio en su máxima expansión. El cortejo funcionó, la seducción prendió y llegamos al momento del…ROMANCE. El mundo entero se ha puesto de novio. “Se ha formado una pareja”. El único, el grande, “the one and Only”. Ha llegado el Mesías, aquel que traerá la paz al mundo, el que arreglará Wall Street, el mago de Oz, Fafá. Merlín y Copperfield, todo en uno y por el mismo precio. A partir de hoy no habrá más racismo, el mundo será uno, todos para uno y uno para todos. Ya no habrá tristezas en el planeta Tierra. Los “Americanos” se han hecho todos un lifting. Andan felices por las calles. De golpe todos son amables, cordiales, hasta simpáticos. Bienvenidos son los hermanos Mexicanos que llegan ilegales por Tijuana o Acapulco; el camarada Chávez habla bien de EEUU; por fin los Latinos, los HISPANOAMERICANOS somos todos parientes. Los AFROAMERICANOS… una gran familia. Ha regresado la alegría a los corazones destrozados que ha dejado la era Bushoniana. Por fin los Marines volverán a casa. Se cerrará Guantánamo para” reparar los daños" causados por el gobierno del republicano George W. Bush... Mambrú “no irá a la guerra” chirivín, chirivín Chin Chin…y estará para Navidad. Ahora todos sabemos cuándo vendrá. Ajajá…ajajá
¿Qué es lo que pasará?
Aquellos que hemos tenido la suerte de sentirnos profundamente enamorados conocemos los síntomas de esa etapa. Todas las proyecciones son pocas. No hay defectos. Y si los hay, no importan. Finalmente ha llegado la princesa, el príncipe que nos convierte en dragones capaces de encender llamaradas de amor eterno, que a veces duran un mes. (Aunque algunas son eternas de verdad). Es el clímax de la relación.
¡Por eso es que debe ir convirtiéndose en otra cosa, porque no hay cuerpo que aguante semejante producción hormonal por tanto tiempo! Y el momento de la verdad llega cuando el príncipe…se convierte en rana. Ahí te quiero ver…Cuando esa película propia proyectada sobre un telón en blanco…se acaba. Y ahí está la pregunta. ¿Podrá el mundo seguir amando a esa rana que ha dejado de ser el “galán de las Américas”? ¡Porque no hay quien pueda sostener tantos atributos súper poderosos sin colapsar en el intento!
Atención señoras y señores: Se rifa un desencanto y se han vendido todos los números. ¿Cómo se sostiene este Imago colectivo súper inflado? ¿Cómo súper contenemos a la súper Potencia? Y cuando llegue el súper desencanto…ajajá…ajajá… ¿Qué es lo que vendrá? ¿Qué pasará cuando claudique el “monstruo de nuestra propia creación?
Don•t put me wrong. Soy una de esas almas contentas que apuesta por el cambio que se plantea y ruega que sea factible por el bien de la humanidad. Que ruega por la convivencia posible de lo diferente. Sacarle el poder a los “blancos” y dárselo a los “negros” para que se venguen del maltrato al que fueron sometidos siempre, sería pecar de lo mismo pero en otro color. No habría ningún cambio.
Porque cuidado, interpretar que BRAKOBAMA es un representante de la raza negra sufrida, que padeció de esclavitud, que no podía subir a un bus con los blancos, cuyos hijos debían asistir a colegios que parecían ghettos, vivir en el Bronx, que no podían votar, etc., sería como elegir de representante a Michael Jackson, y ya sabemos lo que hizo con “su ciudad de los niños”.
BRAKOBAMA es producto de una clase social media, con una educación privada importante, rodeado y producido por internacionales muy fuertes, un privilegiado, un tipo pintón con muy buena parla. No es el producto de una raza que padeció discriminación y exterminio.


Pero es que está todo, pero todo tan puesto en las expectativas de súper cambio, que ante la menor dificultad va a empezar a manifestarse el brote “desilusión”.
Y si aquél que todo lo podía, no puede con algo, como es lógico, deja de ser Súper. Y eso va a generar desde ansiedades básicas hasta temores, miedos y pánicos. Y el miedo llama a la ira, el enfado, la bronca y como resultado…la violencia. Luego, con la decepción, la pena, aparece la culpa. El sentimiento de haberse equivocado. De haber elegido mal. De no haberse dado cuenta a tiempo que el súper héroe era, nada mas ni nada menos, que un ser humano. Y que el cielo nos ampare del último paso, el de la depresión. Esa sensación de que no hay solución. Ya nada puede hacerse para que las cosas cambien. No hay un Mesías. No hay Súper héroes. Al final…BRAKOBAMA era un Maradona más. Y entonces…ya no hay esperanzas
El poder ponerlo en palabras, verlo de frente, puede ayudar a estar alertas y no sucumbir al desencanto. Habrá aciertos y desaciertos; habrá ajustes y desajustes; habrá idas y vueltas, como las hay en cualquier noviazgo, aunque creo que el noviazgo ya no existe, llamémosle “relación, pareja, amantes, qué se yo…” Cada uno de nosotros, americanos, africanos, argentinos, portugueses, tenemos un trabajo de evolución interna por delante. Hay quien involuciona y quien evoluciona. También está quien se estanca y ni avanza ni retrocede. Pretender que un simple ser humano, por genio que pueda ser, solucione los problemas mundiales, raciales, económicos, sociales, deportivos, limítrofes, religiosos, culturales y culinarios interplanetarios, como mínimo, es “RIDÍCULO”.
Disfrutemos de este golpe de aire fresco que nos está llegando a todos, pero sepamos leer entre líneas, mas allá de las necesidades personales proyectadas en el afuera.
Seamos concientes de las limitaciones naturales con que deberá aprender a gobernar este elegido del pueblo, que lejos de ser un Nelson Mandela, puede que tenga buenas ideas. Nos evitaremos muchas epidemias, enfermedades, atentados, brotes de violencia y disputas de poder personales, sociales y mundiales.
Por ahora, le seguimos poniendo todas las fichas, con los ojos abiertos.
Con el alma. Liliana M Pérez Villar