martes, 28 de febrero de 2017

REINICIO DEL CICLO ANUAL DE ANAMCARA. COMENZAMOS ESTA SEMANA CON EL CENTRO BAJO DESDE EL CUERPO FÌSICO. ¡TE ESPERAMOS!

La Energía se transforma para transitar de una forma a otra. La Energía no se crea ni se destruye. Únicamente se transforma. (Albert Einstein). Por eso, la transformación de la Energía es esencial para que se den un montón de hechos en los procesos vitales. Un proceso vital se transforma en otro proceso y a partir de ahí se produce tal o cual forma, circunstancia o consecuencia. Esto genera un amplio espectro de variabilidades, perspectivas y posibilidades inherentes a cada uno de nosotros, en cada uno de los Centros de Energía y en cada uno de los Siete Cuerpos (o en algunos) en su aspecto positivo o negativo. Tal vez en el cuerpo físico, algún órgano, víscera, la sexualidad y sensualidad, los instintos emocionales, la capacidad de relacionarnos, de expresar nuestros amores, ternuras, deseos, la capacidad de escucha y de comunicarnos y la forma de interpretar lo que escuchamos y el sinceramiento a la hora de pensar, sentir, hacer y hablar, tanto como el referente, la estrella que nos guía, lleva y trae por la vida y la confianza depositada en ese Ideal. Hay una íntima relación entre todos ellos. Es como un proceso químico entre lo sutil y lo palpable. El fuego, disparador de la transformación, es el responsable de derretir esos glaciares que el Ser ha logrado construirse con el sudor de su frente, mal que le pese. El trabajo grupal de movimiento ayuda a desmoronar fortalezas defensivas, seguramente basadas en malas experiencias vividas y que terminan convirtiéndose en trampas, cuyas llaves hemos perdido. Ritmo, cadencia, melodía, respiración, expresión, movimiento, quietud, relajación, meditación, el ser y el no ser. Dejarse IR. El paso del caos, la angustia, el miedo, la violencia, hacia la ternura de los afectos, de lo relacional. De la disonancia, el ruido estridente, la imprevisibilidad, el desorden emocional, la confusión, el desequilibrio, la fractura emocional, los instintos alterados, hacia una integración armónica. De los movimientos espasmódicos, tensos, rígidos, bruscos, cargados de violencias viejas reprimidas o no, a movimientos concatenados, suaves, flexibles, a la sencillez del desplazamiento ilimitado. De la desorganización, la desprolijidad, la extenuación, hacia una creatividad vital con nosotros mismos, con el entorno y con la Creación. La Fuerza es interna. La sonrisa es interna también. Sólo se trata de dejarlas manifestar. ¿Por qué interpretar a la oportunidad de transformar las dificultades en facilidades como algo “peligroso”? Poder abstraerse de la vorágine de este mundo que estamos viviendo y llegar a sentir, percibir, conectar con quien habita ahí dentro, es el peregrinaje espiritual más maravilloso y está en nuestro interior, ahí nomás, al alcance de la mano o del alma. Imaginate por un momento un encuentro entre dos fuerzas genuinas, sin roles prescriptos, sin personajes, dos esencias, abstraídas del mundo exterior, dos respiraciones, dos almas o tres, o nueve o diez…un encuentro que nos inspire a recordar quién está ahí, originalmente, sin condicionamientos externos, sin contaminación social o intelectual, sin presiones ni presunciones. Finalmente, encontrar un camino que nos resuene en cada latido y comprometernos con él. Comenzamos esta semana el recorrido de nuestro camino anual. Si bien ANAMCARA está siempre abierto en todas sus actividades y consultorio, hay un ritmo que empuja de atrás,que culminó la semana pasada y reiniciaremos en esta. Muy buena oportunidad para todos los ANAMCARAS que quieran retomar o quienes deseen conocernos y sumarse a nuestro camino. Los esperamos a todos con los brazos abiertos para las primeras clases con el Centro Bajo desde el Cuerpo Fìsico. Desde el alma y con el corazón. Liliana Marcela Pèrez Villar. lilianamperezv@gmail.com