lunes, 9 de enero de 2012

¡¿DELIRIOS?!


Unas cadenas inertes, oxidadas, cuelgan desparejas del viejo palo de la plaza. Apenas se desplazan unos centímetros, cuando sopla el escaso viento estival de la tarde. De sus extremos, como un primitivo y antiguo pañal, pende horizontalmente…LA HAMACA. Y me pregunto si podría ser un magnífico ejemplar de cinturón de castidad o braga de cuero; una máscara antigás belga de la década de los 30; un súper bóxer de un súper héroe de un súper país; el corseé de Frida Kahlo; un antifaz de Gozilla; el bozal de un Gran Danés o la máscara de Hannibal Lecter. El sol me encandila impidiéndome ver con nitidez. Las figuras se confunden, se mezclan, y el árbol desde atrás parece acercarse y ocupar el espacio libre entre las hamacas. El plácido calorcito del ocaso prevalece por encima de tanta contemplación. Los ojos quieren cerrarse, disfrutar de la tenue brisa y los rayos del astro Rey. Entonces, una mamá acomoda a su niño y lo comienza a hamacar en la trayectoria del haz de luz. El se ve feliz y calmo y ahí es cuando me quedo sin sol, frente a una hamaca real, en ejercicio de sus funciones.
(De un seminario que hicimos el año pasado)




La música me lleva y trae. Mis manos ya no son manos. Me crecen alas con las que quiero alcanzarte a la distancia. Sonrío. Sonrío porque ya no camino, no danzo. Es que no tengo ni piernas! Soy todo alas! Y no peso. Me desplazo por el aire como los monjes voladores. Y es muy gracioso, porque vos no ves, pero estoy ahí! Es decir, volé a tu lado. Te abracé, te besé, te dije al oído lo que tantas otras veces te dije y lo que otras tantas callé. Me quedé aleteando alrededor tuyo, invisible, etérea, silenciosa. Y ni siquiera tenías defectos!!!! Eras una gran virtud con patas que reía y desmayaba corazones, con la misma facilidad con la que mi corazón suspiraba cuando me sonreías Y cuando todo era AMOR. Me volví plena hacia la misma música que me había llevado a vos y guardé las alas, para que me transporten cada vez que así sea, hacia vos o hacia donde esté previsto. Y ahora sí, llevo mis simples manos de humana hacia el centro del pecho. Agradezco infinitamente y abriéndolas al Cielo, entrego mi Energía al Universo y susurro…Namasté.
(Luego de una clase de M.O.V.E.R.S.E.)



La sequía azota la región de “La Pampa Seca” ex “húmeda”. Allí se concentra la mayor parte de la actividad agropecuaria del país. Afectadas también Córdoba y el Sur de Buenos Aires. “Las escasas precipitaciones provocaron la salinización del río Salado, y las vacas toman esa agua que luego les produce la muerte. La situación puede empeorar si no aparece rápido la lluvia en la zona de las localidades de Santa Isabel, La Pastoril y Colonia Emilio Mitre”. El 80% de la plantación de maíz ya quedó comprometida, explicó la organización Confederación Rurales Argentinas. Las imágenes son patéticas, crueles. La indiferencia ante el dolor y desamparo de esos animales me cierra la garganta, me parte el corazón. No consigo comprenderlo. “Lo que pasa es que no llueve y los animales mueren por deshidratación”. No logro hacer Sinapsis. Mis neuronas, decididamente, no contactan. Empiezo a delirar. Me imagino a toda esa gente que se está quejando por TV, con una botella vacía de gaseosa en la mano. Los veo caminando o mejor aún, corriendo 15 kilómetros hasta la canilla, lago, río, pozo más cercano y volviendo con la botella cargada a dar de beber cada uno, a una vaca. El ganado se sostiene en pie y puede caminar entonces los 15 kilómetros y de paso, se alimentan del verde crecido cerca del agua (lo que sería muchísimo más fácil que esperar protección gubernamental o inversión por parte de la gente del campo o lo que ya rayaría en el milagro, esperar un abandono de la Ignorancia Primordial y apostar por una Amplificación de la Conciencia.
(Luego de ver las noticias)




MUCHA LUZ PUEDE LLEGAR A ENCANDILAR DEMASIADO, PERO LA OSCURIDAD ECLIPSA LOS SUEÑOS. DONDE HAY SOL, HAY SOMBRA. LO QUE ENCIENDE ES EL COLOR DEL ESPÍRTU.


Desde el alma y con el corazón.
Liliana Marcela Pérez Villar
lilianamperezv@gmail.com
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