lunes, 17 de noviembre de 2008

¿Es UD. fiel ...a sí mismo?


¿Es UD como es, por su esencia genuina, porque vibra y se reconoce con el sentido de su existencia o desearía ser o vivir de otra manera, porque su estilo de vida no lo hace sentir vivo? ¿Hay muchas cosas que desearía cambiar pero se “sobre adapta”, sigue sometido a ellas y no se explica la aparición de tantos dolores que “antes” no sentía? O es como es, por haberse adaptado a lo que se esperaba de UD o para formar parte de…, o porque compró por buenos los indicadores de una sociedad de consumo que lo pone y saca de lugares, relaciones y estados de ánimo? ¿Corre de un lado a otro sin saber siquiera hacia dónde va o para qué? ¿Interfiere en los procesos evolutivos de los demás y los propios con sus “recomendaciones y derivaciones” aunque eso signifique “evitarle que haga su propio proceso”? ¿Asume o desea el rol de otro? ¿Responde a las presiones sociales y económicas desmedidamente? ¿Siente que está evolucionando de acuerdo con su naturaleza o está respondiendo a las presiones externas y/o internas? ¿Su vida está guiada por la necesidad de destacarse, sobresalir, ser “importante” o por vivir de acuerdo con su propia naturaleza desde el anonimato? ¿Hace para ser visto o porque quiere ser fiel a su sentir? ¿Se nota ansioso, nervioso, angustiado, deprimido, enojado? ¿No será que lo que desea en el fondo es ganar? Si, ser más que los demás. Ser siempre la viuda de Lennon. Cuanto mayor la ansiedad…mayor la angustia. ¿Se anima a preguntarse qué está haciendo desde la oscuridad? Una parte oscura que todos tenemos, quienes mas, quienes menos, no lo sienta como atributo único suyo. ¿UD cree que porque actúa desde lo oscuro, los demás no lo ven? Quien tiene luz propia y es reflejo de lo Eterno siempre ve. Allí tiene la explicación. Su ansiedad, sus miedos, su desesperación y tristezas tienen que ver, en parte, con la exigencia de vivir compitiendo por un lugar. Un lugar con el que ya ha nacido y es suyo por decreto del Cielo. No hay que “luchar” por ningún lugar. Mucho menos por “el lugar de otro”. ¿UD prefiere ser mejor que otro o… ser feliz? ¿Cuánto mas está dispuesto a dejar de lado por competir con quien UD desea llegar a ser? No le alcanza con ser UD mismo? ¿Necesita realmente, desde la oscuridad, apelar a la mentira, la omisión, la competencia desleal para sentirse mejor? ¿Va acaso por la vida como un agente secreto, conspirando en las sombras un plan oculto? No tenga un plan. Piense, sienta y actúe sin un plan. El plan lleva tiempo de organización, estrategia, táctica, ocultamiento. Es más difícil de remitir que una acción espontánea. Cada uno de nosotros tiene un camino que recorrer. Ponerse a competir, a rivalizar con otros es un generador de neurosis y de presiones altas y de ACVs muy importante. No hace falta ser mejor que nadie. Ni siquiera mejor que nosotros mismos. Si quieren ser felices, a pesar de los tiempos que nos tocan vivir, no se separen para ser mejor que… No hagan o se hagan trampa. Cada vez que se encuentren enloquecidos, corriendo como locos de problema en problema, enojados, saltando de un obstáculo a otro, pregúntense ¿A quién le quiero ganar? ¿Es mas importante para mí ser “el mejor/la mejor de todos en todo o… ser amada y amar? ¿Qué quiere demostrar y a quién? ¿Será que anda por la vida cargando con un Ego herido que no puede sanar? ¿Está dispuesto/a a perder el amor de alguien sólo por demostrar que es mejor? Hay un lugar para cada uno de nosotros. No pretenda ocupar el lugar de otro. Primero, porque estaría perdiendo el tiempo, nadie puede ocupar el lugar de otro. Segundo, porque para hacerlo va a tener que actuar desde las tinieblas y aunque sus “ansias de poder” TRIUNFEN (sería por muy poco tiempo), va a ser difícil vivir con su conciencia y va a perder el amor de quien en el fondo, muyyyyyyyy en el fondo UD dice que admira. La diferencia entre Envidia y Admiración es el AMOR. Sólo admiramos lo que amamos y si lo amamos, en lugar de competir, compartimos. La envidia sólo destruye, separa y aleja. Quédese con esta imagen.
Imagine la cara de la envidia. ¿La puede visualizar? Observe en detalle cada gesto. Mírela con atención. Ahora imagine la cara de la admiración. ¿Con cuál se identifica?
Se van a ahorrar muchas enfermedades y van a ser dignos del regalo de la amistad y el amor. No compitan. Sobre todo las mujeres, aunque los varones también entran por la variante, incluso compitiendo con las mujeres y por eso, no se atreven a veces a unirse a ellas. Pero a las mujeres nos enseñaron de chicas a rivalizar entre nosotras. Nos inculcaron que otra mujer es una rival en potencia. Que nos cuidáramos de ella porque, llegado el caso, se convertiría en nuestra enemiga. Pero estas reglas, seguramente, han sido inventadas por los varones para cotizar más alto en plaza. Y las mujeres, una vez más, sólo obedecieron sus reglas. Pero no hay AMOR más nutritivo, más tierno, más comprometido y entregado en el mundo, que el amor de una mujer que ejerce de madre hasta con las piedras y anda embelleciendo todo lo que la rodea. No busquen destacarse, no quieran ser mejor que, no se otorguen tanta importancia, no vale la pena. Ya no somos hermanitos/as compitiendo codo a codo por el amor de los padres. Hay un solo Amor que siempre nos acompañó sin que nos diéramos cuenta, por estar tan ocupados con nuestra importancia personal. Y a ese amor no le interesa nuestro prestigio, sólo nuestro corazón y nuestra alma.
Desde el alma y con el corazón. Liliana M. Pérez Villar