LA TRAICIÒN
En estos últimos días, la palabra TRAICIÒN, ha estado en casi todas las sesiones del consultorio y las clases. Como si se estuviera viviendo con la sensación de falta, de lealtad o fidelidad quebrantada, que debiera ser respetada en relación a alguien o algo. Lo extraño es que generalmente, la TRAICIÒN se relaciona con los aspectos amorosos. Siempre salta la vieja broma popular:”De la muerte y de los cuernos no se salva nadie”, luego risas o cara de resignación. Tengo en claro que la única TRAICIÒN posible que existe es la TRAICIÒN A UNO MISMO. Aunque materialmente se manifieste en diferentes áreas. Allí donde se quebrantan los valores en los que cada uno cree, como el respeto, el compromiso, la lealtad, esa palabrita de museo que ya casi está en desuso, la sinceridad. Decidí recurrir al viejo mataburros para ver cómo lo definía. Decía: “Falta que comete una persona que no cumple su palabra o que no guarda la fidelidad debida”. ¿?. “Consiste en renegar, ya sea con una acción o con un dicho, de un compromiso de lealtad”. “Traicionar es defraudar. Cuando una persona confía en otra y ésta actúa de una manera contraria a la esperada, se dice que la traiciona”. Como diría el abuelo Víctor, estamos como cuando vinimos de España. Resolví entonces meterme por otro lado. Como siempre, desde el alma y con el corazón en la mano. El RECUERDO de las experiencias propias y ajenas y la capacidad de EMPATÌA iban a guiarme mejor, para desenmarañar este sentimiento tan desgarrador. ¿Cómo se siente un Ser emboscado en la trampa de una deslealtad por parte de alguien a quien AMA y en quien CONFÌA? Obviamente TRAICIONADO, lo cual no explica el concepto de TRAICIÒN. ¿Podríamos decir humillado? ¿Lastimado? ¿Con un EGO herido? Supongo que cada uno lo vive de acuerdo a su biografía, sus Creencias, la forma en que mira al mundo. Tengo recuerdos corporales parecidos a la fractura. Como si algo se rompiera adentro. Es la sensación de haber roto un PACTO. Quebrado la CONFIANZA. No reconocer a otro, no valorarlo, descalificarlo. Faltar a la palabra empeñada. En mi interior, mi palabra es de esos valores más preciados que conservo. Es lógico por lo tanto, que no espere que alguien falte a su palabra, quiebre un pacto, o no respete algo acordado. Aunque la vida se ha encargado de enseñarme en varias oportunidades, que sí, es de esperar. Digamos entonces que espero…sin esperar. Siempre elijo CONFIAR primero, por supuesto, con prudencia. Y si ha de ser, que la vida se ocupe de ordenarlo. Es de esperar que todos tengamos que rendir cuentas de nuestros actos en algún momento. Y ahora que está tan de moda la frase, que el “orden cósmico se ocupe”, por gracioso que suene. Traicionar es algo así como DEFRAUDAR. Pero es tan tramposo, que hay que estar muy atentos para no confundir con romper mandatos, por ejemplo de tipo familiar, lo que puede ser vivido por algunas familias centrípetas como una traición. A pesar de terminar por condenar al miembro de ese grupo familiar, o de amigos, religión, político, étnico, o de cualquier orden, a un destierro físico o afectivo sumamente cruel. El distinto, aquel que llega para cambiar caminos pre establecidos, suele ser visto como traidor. “Para ser uno de nosotros, tenès que ser igual”. “No nos superes”. “No nos traiciones”. “No hagas algo que nosotros no esperamos”. Y entre culpas, negaciones, negociaciones, frente a semejantes acusaciones, se pierde la posibilidad de identificarse con ese grupo. Traiciones. Traición a la pareja, a la Patria, a la amiga, a los hijos, a los padres, a las Creencias…la deslealtad de la falta de agradecimiento, la falta de ética y la obstaculización a las acciones de aquellos que persiguen el ejercicio del Bien Común como su Ideal de vida. Aclaremos que esto no significa necesariamente un fin en el vínculo o relación. Algunos somos capaces de hacernos cargo de los errores que cometemos, nos disculpamos y rescatamos y reparamos aquello que sea rescatable y reparable. Nos importa y compromete tanto el AMOR como el daño. Pero debe haber un acuerdo de las partes implicadas. Cuando el amor propio es más grande que el verdadero AMOR, esto no es posible. Por eso, siempre depende. Depende de la salud mental, emocional, afectiva de los involucrados. Sentires como la envidia, los celos, generan tanta destrucción externa e interna, que termina por enfermar seriamente y hacer perder los referentes. Tal vez se logre sobrevivir un tiempo socialmente, a través de la manipulación intelectual, pero tiene fecha de vencimiento. Por otro lado, saber aceptar las fallas ajenas, siempre y cuando exista conciencia de daño, como mencionamos antes y predisponerse a recibir el perdón providencial, ya que el perdón pertenece a otro nivel de existencia y por más voluntad que le pongamos, a veces, sencillamente, no llega. O tal vez te funcione 50 años, pero no 51! A mí la TRAICIÒN se me representa como algo oscuro, hecho a escondidas, escudriñando y elucubrando situaciones a espaldas de otro, confabulando, ocultando, mintiendo, engañando. O sea que evidentemente, muyyyyyy en el fondo, alguna conciencia de estar haciendo algo feìto, algo que no se debiera hacer porque va a lastimar a otro, debe de haber. Sino, se haría abiertamente. No habría nada que ocultar. Pero se suele apelar a culpar a ese otro de forzarnos a hacer algo que no es correcto, para evitar responsabilizarnos y confrontarnos con la oscuridad de nuestro proceder. La mentira, la omisión, el engaño, es para no hacerse cargo. Pero recuerden que ENFERMAAAAAAA! Es como tomar veneno y esperar que se muera otro. Mas vale darse cuenta y dejar de auto engañarse. No se dejen asustar. Ni por lo que sienten, ni por las reacciones de los demás, ni por la locura que los rodea o la propia. El miedo no es buen consejero y nos hace injustos. Hay un proverbio chino que lo define clarito: “Es fácil esquivar la lanza, mas no el puñal oculto”. ¿Cómo hacerle entender a alguien, que aquello de lo que te acusa es su excusa para no darse cuenta del dolor que te está ocasionando? Es que el pez es el último en enterarse que vive en el agua. Hay que aprender a verse. Conocerse, aunque no guste lo que veamos. Es la única manera de modificar. Les aseguro que si algunas personas se vieran filmadas con cámara oculta, o tuvieran que resistir un archivo de cosas dichas o hechas, saldrían con careta a la calle o se irían a vivir a Groenlandia con domicilio reservado. La TRAICIÔN es tannnnnn dolorosa, porque suele venir de la mano de la gente que creemos conocer mejor. Es un cachetazo a las expectativas desproporcionadas, basadas en el AMOR que sentimos por ese Ser. Alguien ha deshonrado el pacto en el cual estaba basada nuestra relación. O peor aún, nunca pudo llegar a PACTAR. Probablemente, por falsas lealtades a las que se siente encadenado, a veces con conciencia, otras sin. ¿Cómo hacemos entonces para superar una TRAICIÔN? Primero y por sobre todo, NO TRAICIONÀNDONOS A NOSOTROS MISMOS. SER FIELES A LO QUE SENTIMOS, ALLÌ DONDE LATE NUESTRO CORAZÒN. CONFIAR. VOLVER A CONFIAR. CONFIAR TANTAS VECES COMO TU CORAZÒN TE LO INDIQUE. Y SI VES QUE NO HAY RESPUESTA, FIRMEZA CON FLEXIBILIDAD Y RETIRARSE. ALZAR LAS VELAS. SIN HACER DAÑO. ACEPTANDO. Recuerden el hexagrama 11 del I Ching, el Libro de las mutaciones, La Paz, que dice: “Cuando se arranca faláridas, sale adherida la hierba del césped las extrae junto con un manojo de briznas o tallos unidos entre sí por las raíces”. Por eso, si te llegó la hora de retirarte, que sea con la impecabilidad del cirujano. Sin salpicar. Ante la manipulación, la psicopateada, la TRAICIÒN, no te detengas a dar explicaciones. Ya alguien las dará en tu lugar…o no. Quizás, haya una amplificación de conciencia en alguno de los implicados y se haga la luz!!!! Es el momento en que ya…no se puede hacer nada más. Ya hiciste todo lo que se podía hacer. RECUPERATE. RESPIRÀAAAAAAAA. LLORÀ TODO LO QUE NECESITES, SUFRÌ LO QUE TENGAS QUE SUFRIR Y SEGUÌ PALANTE, QUE EMPUJAN DATRAS!!!