domingo, 29 de julio de 2018

A LA VIDA HAY QUE HACERLE EL AMOR.

Cuando nos vemos rodeados de tanto caos, de tanto descuido, destrucción, tanta confusión, tratando de sostener lo insostenible, apuntalando el deterioro, cuando vamos por la vida encendiendo antorchas en cada crepúsculo y ponemos el hombro a los ánimos para que no decaigan y la seguimos remando, y le metemos garra y ganas y sonrisas…y cuando en medio de tantos lamentos, reproches, indiferencias, desprecios, descalificaciones, inconsciencias y “pavadeces” sentimos por momentos, que se nos va acabando la cuerda… Solemos mirar al Cielo en busca de las viejas frases:”Mandame una señal”, “Encendeme la vela”, “Tirame una soga”, “Mostrame el camino”, que quiero despuntar el alba sonriendo, amanecer…que no es poco…, con mis sueños vivos, acariciar al sol por entre los dedos. ¿Será que hoy, la luna saldrá como todos los días, a enamorar almas desencontradas? Tal vez, actualizar memorias con fotos viejas y la caída de un viejo anillo anuncien a gritos que es hora de “abrir compuertas” y “dejar que el sol entre”… Quizás, habrá que organizar los temas de un pen-drive alterando su orden…comenzar con un “Love of my life” (tocando el arpa), continuar con un “Save meeeee”, ahí mandarse un "Stairway to heaven" que te rockee el corazón, y un “I feel good”. Porque promediando el día, siempre habrá algo para recordar con brillo, siempre habrá algo que cantar, danzar, mimar…siempre habrá un beso esperando a la vuelta de la esquina, sólo es cuestión de dejarse encontrar por él y desenmarañar temores. ¡Ayyyyyy, los temores! Los temores que endurecen los cuerpos, que duelen hasta los huesos, que borran las sonrisas, que culpan a otros, que cierran compuertas LITERALMENTE HABLANDO, que lo distorsionan todo, que nos hacen comprar gato por liebre (o conejo), que son tan malos consejeros. Y dicen que “el miedo no es tonto” cuando siiiiiiiiii, a veces es muyyyy tonto! ¡No hay que dejarse engañar por frases hechas! Y así, cada uno va tomando por un camino o por otro y segundo a segundo, la vida es un abanico inmenso de posibilidades que se abren ante los ojos y determinan una historia u otra, salud o enfermedad, vida o agonía, aperturas o cierres, atracción o rechazo, acercamiento o distancia, AMOR O DESAMOR, gratitud o ingratitud, amabilidad o descortesía, entrega o manipulación, admiración o envidia, encuentro u ofensa…y a veces, son tantas las señales, tantas las flechas envenenadas, que ni se pueden ver, contar, asimilar, no se comprenden. La desilusión llega, el corazón se rompe, llega la decepción. La sinceridad se acaba y lo construido se desploma y lo que se abrió…vuelve a cerrarse, siempre un poquito más fuerte que la última vez. Pero el tema reside en las ALTAS EXPECTATIVAS. Siempre hay señales. No hay sorpresas. Pero por esa costumbre de justificar lo injustificable por AMAR a alguien, las dejamos pasar. Es un acto de AMOR en el fondo. Cuesta tanto aceptar que aquellos que amamos muestran sus oscuridades mayores frente a nuestros ojos, que preferimos hacer de cuenta que no nos dimos cuenta. No queremos lastimarnos y jugamos al boludo. Debemos darle rienda suelta a esa fuente de Fuerza y Energía que nos enciende el alma, porque es el combustible de la existencia, el motorcito que todo lo mueve y genera. Es que si no lo hacemos, la desazón, la desolación, la desesperación, y la continua insatisfacción, van bloqueando todos los nuevos caminos y las energías renovadoras. Por eso es tan importante conectarse con esa energía del Cielo, de donde provienen todos los signos y señales, la de la Tierra y la humana, con el entorno y con nosotros mismos. Así, le daremos la “piedra libre” (o liebre) a lo mejor de nosotros, retirarnos sin dejar cadáveres por el camino y sin explicar demasiado. Para qué? Cada uno entenderá lo que quiera, pueda o sepa entender desde su mundo interno. Y si alguno desea de corazón saber, rescatar, recuperar, reparar, regenerar...preguntará, hallará la forma empática y amorosa de alguna forma. Se hará cargo. No se puede convencer a nadie de nada. Tampoco se puede ir por el mundo haciéndose carga de las inseguridades, miedos, frustraciones, celos o envidias de nadie. Quien quiera AMAR, que AME. Lo que les aseguro es que no se puede comer una torta deliciosa, con chocolate, crema, dulce de leche, frutillas...si se le hace caca encima. Aunque se la saques y creas que el otro no lo sabe o no se dió cuenta. Mejor blanquear, confesar, disculparse, reparar y desde ahí...todo es posible. Saber...siempre se sabe. Y así, llegará la Liberación. Quien no recuerda el AMOR, no va a entender nada con palabras y sólo revolveremos un dolor que se profundizará mas todavía. Darle unos buenos besos a la vida y después…animarse a hacerle el AMOR. Aunque al principio cueste o duela, nunca va a doler más, que no hacerlo. “¡A LA VIDA…HAY QUE HACERLE EL AMOR”!
Hay que salir del agujero interior
Largar la piña en otra dirección
No hace falta ser un ser superior
Todo depende de la transpiración
Poner el cuerpo y el bocho en acción.
Virus.

Tenemos mucho para trabajar juntos. Te esperamos.
Desde el alma y con el corazón.
Liliana Marcela Pérez Villar.
lilianamperezv@gmail.com