lunes, 6 de diciembre de 2010

MEDITACIÓN, MOVIMIENTO ENERGÉTICO Y ORACIÓN.


Mantener el equilibrio energético va a depender fundamentalmente, del trabajo sobre la relación del ser con el Cielo, su entorno humano, (que lo incluye), y la Tierra. Para ello, vamos a realizar la práctica de la meditación al amanecer, la oración al ocaso y dentro de estas dos prácticas, el trabajo corporal energético diario. En ciudades grandes, como la capital federal y sus alrededores, puede hacerse difícil poder coordinar estos ritmos y debemos acomodarnos al movimiento de nuestros días. De hecho, en las clases de M.O.V.E.R.S.E. y las de Taiji Qi gong (tai chi chi kung) nocturnas que practicamos en la Escuela, solemos culminar con una sentada meditativa u orante, de acuerdo a lo que estemos trabajando en cada clase. Es una forma de abrir vías de comunicación y relación, que luego del movimiento realizado, nos va a predisponer desde otro nivel de conciencia, a la reflexión, aceptación, evolución y armonización de todos los planos. Alinearnos, centrarnos, integrarnos. Estar centrado no significa perder la capacidad de sentir, por el contrario, lo que sí va a lograr es, suavizar y armonizar. Purificar. Sintonizar la frecuencia de los centros energéticos, regulando su equilibrio. Los estancamientos de la sangre y o la energía del cuerpo y de los cuerpos, son el producto del estilo de vida de cada uno, de la relación que se tenga con uno mismo, con el entorno y fundamentalmente, con la Creación. Las tensiones, ansiedades, miedos, sospechas, los enojos no resueltos, las penas, las preocupaciones, las obsesiones, la fijación en el pasado, etc., generan bloqueos que se van materializando en enfermedad. Esa famosa palabrita inventada en el siglo XX, que me gusta tan poco: el Stress. Algo así como una reacción fisiológica de defensa del organismo, ante estímulos que se perciben como amenazantes o excesivos, mejora notablemente con el ejercicio sostenido de estas tres prácticas. La depresión, madre de todos los males psiquiátricos modernos, descripta como “un nudo en la garganta”, “una opresión en el pecho”, “no tengo ganas ni de moverme”, “dormiría todo el día”, también. Los dolores musculares, articulares, esos que suelen describirse como “un puñal clavado en la espalda”, “tengo que quedarme quieto, porque si me muevo…”, “no puedo mirar para atrás o para los costados”, implicando esa dificultad de ver las cosas desde otro lugar. Estancamientos importantes como los cálculos en el riñón, la vesícula biliar… el insomnio, incapacidad de conciliar el sueño o despertarse a la hora y no poder volver a dormirse, “tengo los ojos como el dos de oro”, el vil metal que se roba tantas horas de descanso; la “mala onda”, “cuando entró por la puerta, se cortaba el aire con una tijera”, “estaba todo bien y cuando llegó…cambió el clima de la reunión”; la artrosis, considerada enfermedad de la vejez, pero que comienza cuando se es joven y que nos está ayudando a gritar que necesitamos AMORRRRR; la percepción distorsionada, teñida de experiencias no elaboradas que no permiten una clara visión, un claro sentir; la falta de concentración, de memoria, de confianza…la recarga energética áurica de los cuerpos y espacios, como las casas que habitamos y se cargan de esas energías. Se hace muy dificultoso relacionarnos, comunicarnos, vivir, cuando no podemos limpiar los rencores, odios, deseos de venganza y resentimientos de nuestros corazones. Se construyen muros que separan y que hacen perder la claridad de la observación de lo que se nos presenta en la vida. Se cortan los piolines que nos unen con la Creación. Se pierde el referente celestial y se reemplaza por el ombligo. Y allí…el ser se pierde…se extravía en la certeza de estar haciendo lo que tiene que hacer. Aunque la vida se encargue de evidenciarle en el día a día, que eso no es así. Que él no es así, nunca lo fue, sólo es que SE HA HECHO ASÍ, SE HA CONVERTIDO EN ESO, PERO SU ESENCIA NO ES ESA, NO ES ASÍ. Creo que es imprescindible trabajar estos aspectos por el bien de todos. Lo considero casi un deber en beneficio del bien común. Cuando no tenemos limpieza en el sentir, el pensar y el hacer, hacemos y nos hacemos daño. Hay que tomar la decisión y además, muyyyyyyy importante, SOSTENERLA.


Los espero para trabajarlo juntos, en un espacio amoroso, de confianza, con música y muuuuuuuuucho, pero muuucho AMOR.
Liliana Marcela Pérez Villar.
lilianamperezv@gmail.com
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