domingo, 29 de marzo de 2015

Depende...todo depende...depende de cómo se mire...todo depende...

Depende…todo depende…depende de cómo se mire…todo depende.
De cómo se mire, desde qué lugar se mire, qué partidismo, qué fundamentalismo,
religión o ateísmo, qué país, qué familia, colegio, barrio, qué momento histórico, social, personal y/o mundial, depende de la evolución espiritual de cada uno, de sus bloqueos emocionales, energéticos, afectivos, sus experiencias vividas, sus rencores y amores, su conciencia o inconciencia, sus asignaturas pendientes, su género, sus lazos con la vida o la falta de ellos, sus modelos y creencias, y lo que cada quién decida hacer luego con todo esto. Sus “Matrices de aprendizaje” como lo llamara Pichón Riviere.
Si le pidiera que pensara en el número 10, por ejemplo, ¿Con qué lo asociaría?
Para algunos de nosotros se asociaría con la cruz, lo perfecto; para otros tal vez, la mejor nota del boletín, un sobresaliente; para otros, Bo Dereck ha sido la chica diez, algunos pensarían en… ¿MESSI?; ¿Los diez mandamientos?; El uno, como síntesis del 10…difícilmente alguien pensaría en algo negativo, a no ser que por alguna experiencia dolorosa o traumática vivida, asociara ese número con una fecha, una habitación en una clínica, o una cama de internación, una celda, en fin, una pesadilla de anticipación profética. Un objeto, aparentemente despersonalizado, va a cobrar un significado u otro, de acuerdo a nuestro referente, nuestra idea de él, nuestro mundo interno proyectado en el externo. Se le otorga a un objeto, la cualidad de sujeto: “El 10 es un número excelente” “El 4 es malo”. Y variará de una a otra persona. ¿Quién va a tener la razón?
Ahora imagine que le dijera: “A mí me parece que vos…” y complételo con la primer idea que llegue a su mente. O “Lo que necesito es que…”o “Vos sabés a qué me refiero…”. Seguramente, habrá importantes diferencias en esos puntos suspensivos suyos y los míos. Tal vez crea que preparando un delicioso plato de comida para cuando su amado llegue a casa le demuestra su amor y en cambio él o ella se ofende porque usted no está esperándolo con las medias de red, la copa de vino, la rosa y las sábanas de raso y el baño con sales. Usted se enoja por todo el tiempo que le llevó hacer las compras, cocinar, preparar la casa luego de un día agotador y él se enoja porque después de un intenso día de trabajo, al llegar a casa no se puede disfrutar como antes. Así no tienen muchas posibilidades de pasar una velada inolvidable. Portazo. A dormir que mañana será otro día.
¿A qué me refiero con esto? A las enormes dificultades que vivimos hoy los seres de humanidad en cuanto a la comunicación. Ya no se habla. Se ladra, se grita, se reclama, se huye, colocándose fuera de alcance, haciéndose inaccesible, justamente, para no hablar, creyendo que así se controla una relación, y se maneja “lo que me conviene”. Coloca a las relaciones en una relación con uno mismo. No hay otro. Yo decido, me pongo o saco de un vínculo, sin importarme lo que le pase al otro. Decido solo/a si es una relación duradera, si es una amistad con derecho a roce, si es un touch and go o si voy a consagrarla en el sentido del amor. La otra posibilidad es la desaparición espontánea. Acá, no ha sucedido nada. El frío hielo que no se derrite con nada. La consabida cortada de rostro o la borrada. Quienes trabajamos en la vía de la salud, somos a veces observadores de tantas diferentes versiones sobre una misma película, que sólo reuniendo a todos los personajes es posible llegar a buen puerto. El papá ofendido por una historia completamente opuesta a la historia de la mamá también ofendida, los hijos ofendidos por historias opuestas entre sí y opuestas a la de los padres, una casa de ofendidos, peleados, rencorosos, que ya no saben ni por qué están peleados, ni se les ocurre sentarse a hablar sin ofenderse o defenderse, ni perdonarse, ni empezar de nuevo partiendo del amor y no del resentimiento. Y las peleas incomprensibles por cómo se hacen las milanesas, si con o sin ajo y perejil. Y no se para, hasta derramar sangre. ¿Se está peleando realmente por las milanesas? ¿No se estará llevando el problema de relación al campo del contenido? .Cuando se entra en este nivel de pelea, discusión y mal estar, ya no hablamos de milanesas. Estamos gritando a viva voz, que hay algo por resolver en el plano relacional. Ya nadie se sienta a hablar, a compartir. Predomina el mal entendido.
Aparece el fenómeno del vicio en el modo comunicacional. Se le otorga el poder de lectura de bola de cristal a los demás, “vos sabes lo que yo pienso, o necesito, o quiero” o sea que seguramente, terminará en ofensa. ¡Con lo fácil que sería decir: “quiero llegar a casa y encontrarte así o asá, y hacer de esta noche una noche para recordar”. Y todos felices. Cuando hay rencor, cosas pendientes, resentimiento en las relaciones, es necesario primero, un trabajo personal. Quien siente rencor, sólo desea vengarse. Fortalecerse para poder llevar a cabo su venganza, directa o indirectamente, sutil o groseramente y se siente con el derecho de hacerlo, porque si se lo hicieron a él…
Por eso es en vano sostener situaciones que no toleramos haciendo de cuenta que está todo bien. Tarde o temprano, aparece la bronca. Si no se habla, se torna en rencor y el rencor desconoce al perdón y al empezar de cero, desde lo que nos une y no de lo que nos separa. Hay que descartar la frase “Mejor no le digo nada porque es para pelear, o porque si le digo algo lo mato”. HABLE. HABLEN. Es verdad que a veces "NO HAY CON QUIEN HABLAR" Y ES UNA BUENA DECISIÓN APARTARSE Y NO DEJARSE UTILIZAR POR MECANISMOS DE DEFENSA AJENOS O COSAS PENDIENTES QUE VAMPIRIZAN. AHÌ ES MEJOR LEVANTAR LAS REDES, INCLUSO PARA QUE EL OTRO PUEDA ACTUAR SU OSCURIDAD Y TAL VEZ..."¿DARSE CUENTA?" (hoy estoy muy optimista parece).PERO EN REGLA GENERAL, HABLE, HABLEN, SI CREEN QUE HAY CON QUIEN HABLAR. NO PARA TENER RAZÓN, NI PARA CONVENCER A NADIE DE NADA, ÁBRANSE DE CORAZÓN EN LUGAR DE ESTAR ELUCUBRANDO SITUACIONES SECRETAS DE FUGAS O DE VENGANZAS. HABLEN PARA NO INSTALARSE EN EL ROL DE VÍCTIMAS. SIN CULPAR A NADIE Y HACIÉNDOSE RESPONSABLES DE SUS ELECCIONES. DEN POR SENTADO QUE CADA QUIEN VA A DAR UNA INTERPRETACIÒN PROPIA A LO QUE SUCEDA, QUE RARA VEZ TENGA QUE VER CON LO SUCEDIDO O CON LO QUE USTED SIENTA. DESPREOCÙPESE, NO LE VA A PREGUNTAR. VA A INTERPRETAR, A ACOMODAR LAS COSAS COMO MEJOR LE SIENTE A SU CONCIENCIA Y A SU ENTORNO. HAY UN LENGUAJE VERBAL, DIGITAL Y PARA QUIENES DESEEN EMPEZAR A COMUNICARSE Y LA PALABRA LES RESULTE IMPOSIBLE POR EL MOMENTO, RECURRAN AL LENGUAJE DEL CUERPO, EL LENGUAJE ANALÓGICO. Tienen un cuerpo que es sagrado. Válganse de él para expresarse, para manifestar sus más profundos sentimientos. Cuando este referente deja de ser personal y se hace vertical, llega la coincidencia. Cabe la posibilidad de decidir cambiar, pero hay que trabajarlo. Hay que mover esas aguas estancadas, esa madera caldeada, hervida que va a calentar a ese corazón y lo va a dañar. Hay que mover esas dagas en la espalda, esos nudos en la garganta, esa opresión en el pecho, esas congestiones, esos dolores de cabeza recurrentes, los latigazos en la espalda, las contracturas, la tensión muscular, ese artritismo mandibular, ese hombro congelado, esas artrosis de rodillas. Todas nos están dando mucha información de lo que nos está pasando y de cómo resolverlo. Nos muestra lo que nos está faltando en la vida. El cuerpo se hace cargo de lo que no podemos resolver desde otro lugar. Y SI SE CANSA DE PERSEGUIR GENTE PARA PODER RESOLVER, ACLARAR, HABLAR Y CRIC CRIC, CRIC CRIC...NO HAY NADIE, SEGURAMENTE, SEA MEJOR SEGUIR SU CAMINO ALLÌ DONDE SIENTA VIBRAR LOS LATIDOS DE SU CORAZÒN AL SON DEL AMOR, EL RESPETO , LA HUMILDAD Y LA SINCERIDAD.
Los espero para trabajarlo juntos, desde el alma y con el corazón.
Liliana M. Pérez Villar FB: ANAMCARA CENTROS DE ENERGÌA- LINK:https://www.facebook.com/pages/Anamcara-Centros-de-Energ%C3%ADa/51043297182