M.O.V.E.R.S.E. (Movimiento Energético Expresivo Rítmico Sensible).
-“¿Para qué sirven las clases de M.O.V.E.R.S.E?”, (Movimiento Energético Expresivo Rítmico Sensible).
-“¿Me sirven para adelgazar?”
-“¿Se me va a pasar el cansancio y me voy a sentir con más energía?”
-“¿Voy a recuperar o mejorar mi vida sexual?”
-“¿Se me va a pasar el dolor, corregir la columna, arreglar la rodilla, la lumbalgia, la artrosis, la osteoporosis…?”
-“¿Voy a recuperar la memoria, a mi pareja, la alegría, la flexibilidad…?”
-“¿Voy a poder relajarme, dormir bien, cambiar el humor, armonizarme…?”
-“O sea… ¿Qué hacen ustedes?”
-“¿Puedo ir a VER?”
Nosotros hemos encontrado en M.O.V.E.R.S.E. la manera de componer el Movimiento Corporal (en relación a los siete cuerpos) para llegar a ese estado del alma representado por la integración, la unión extática-espiritual con la Creación, a través del camino mas corto, que es el movimiento. Es lo que algunos místicos denominan “El rapto del alma”. Lo que para la psicología puede ser un estado “Psico-espiritual”. Llegamos hasta allí, luego de haber facilitado el camino con un entrenamiento energético y físico, rondas respiratorias, expresivas, siguiendo la energía grupal, sin un objetivo a cumplir, pero sí, con una intención de acuerdo al centro que estemos trabajando. Culminamos con un tiempo y espacio de quietud, relajación y meditación.
A lo largo de la historia de la Humanidad, el ser se ha valido del ritmo, la voz, el sonido, el tacto (masaje), el movimiento, la danza, la representación de la geografía de la bóveda celeste (Cielo), la Tierra, la respiración, etc., para poder expresarse.
Al M.O.V.E.R.S.E. se genera un estado de placer, de alegría, de elevación, una sensación de gozo, de liberación, que crea bien-estar. Al M.O.V.E.R.S.E. se logra frenar la maquinita trituradora, fabricante de pensamientos tortuosos, los diálogos internos, las obsesiones, porque hay una amplificación de la conciencia que conecta con el AMOR y la CONTEMPLACIÓN, DESDE OTRO LUGAR. Y cuando esto no sucede, estamos frente a lo que denominamos CORAZAS, o sea, blindajes, armaduras, que hemos creado como mecanismos de defensa para no sufrir, seguramente, para no volver a sufrir. Un caparazón para atrincherarnos y quedar fuera del fuego cruzado de los sentires. Pero en definitiva, también nos bloquea la capacidad de relacionarnos genuinamente, sinceramente y disfrutar, por ejemplo de los afectos y poder plasmar nuestros ideales en este nivel de existencia. A veces se confunde la diversión con “tapar” dolores con cualquier estímulo externo. Es una forma de CORAZA, hacer de cuenta que no pasa nada. Sentir alegría, regocijo, con conciencia es una cosa. La algarabía para llenar vacíos, tapar o disimular, es otra muy distinta. De todas formas, si al M.O.V.E.R.S.E. se descubren estas dificultades, tendremos la oportunidad de trabajarlo para poder liberarnos de esas esclavitudes que todos tenemos y por lo general, desconocemos. El Movimiento nos da la oportunidad de ahondar en el sendero de la espiritualidad y de la sensibilidad. Y ese es el sendero que deseamos transitar en nuestras clases, para luego llevarlo a nuestras vidas en el día a día, a nuestra vida de relación. Esto no es “algo por lo que tenemos que pasar” pero es maravilloso poder pasarlo, por nosotros y por nuestro entorno también, ya que podemos confundir un “problema de pareja o de relación” con un problema “personal”, que repercute en la relación porque no está resuelto en lo personal. Es decir: “No tenemos un problema”. “Tengo un problema”. “Y si no lo resuelvo, perjudico nuestra relación”. Podríamos hablar de tantas experiencias a través de los años, del apoyo de la música para sanar…sentir la música en cada célula, su vibración, el ritmo, la cadencia, la melodía…nos conecta inmediatamente con nuestra espiritualidad. Con esto no quiero decir que tengamos que movernos con Mozart, Bach, Chopin, Renata Scotto, Farinelli o música sacra. En lo personal, me parece celestial, pero de hecho, utilizamos todo tipo de música, rítmica, folklórica, tribal, brasilera, latina, “waka waka” (para estar actualizados), rock, rock progresivo, así como Beethoven o música para meditación. Sólo hay que ir a su encuentro, explorar y entregarse, fusionarse, re-unirse…aprender a recorrer todos los estilos, para atrevernos a lo desconocido, el prejuicio, y meternos en otra plástica, descubrir lo que está escondido, asegurado, camuflado. Siempre les digo a los alumnos: “Esto no es un boliche”. “No venimos a bailar sino a danzar la vida, despertar, sentir, abrir los sentidos y conectar, re-ligar”.
Podemos ver la imagen que nos devuelve el espejo todos los días cuando nos vestimos, maquillamos, peinamos, pero nos cuesta ver la imagen interna que aparece si nos atrevemos a mover. “Quedate quietito, ¿eh?” “¡No te vayas a mover!” “¡Eso no se toca!” “¡Los varones no mueven las caderas, eso es cosa de mujeres!”, “¡La mujer no sólo debe serlo sino parecerlo!”. Estas son algunas de las frases de los “TOP ten” que tanto han conspirado contra la salud desde Adán y Eva hasta hoy.
Cuando tenemos miedo nos cuesta mucho movernos, tal vez porque pensamos q si nos movemos, todos se van a dar cuenta de lo que nos pasa. . En cambio, si no nos movemos, si quedamos paralizados, somos más invisibles, creemos que no nos ven.
En M.O.V.E.R.S.E. nos abrimos a un espacio y tiempo nuevos. Se nos revela un nuevo Universo. El influjo del cuerpo, la energía, la fuerza, el vigor, la virtud, la potencia…
¿Es MOVERSE una puerta para la expansión del camino de evolución espiritual?
Si consideramos a la enfermedad como un estancamiento de sangre y/o de energía, esta pregunta, como las que formulamos al principio, ya tienen respuesta.
Desde el alma y con el corazón.
Liliana Marcela Pérez Villar.