viernes, 9 de diciembre de 2016

NOCHE BUENA Y NAVIDAD

Recordaba en estos días previos a la Navidad, una de tantas reuniones familiares, por allá lejos y hace tiempo. Esa época de la casa de Ramos, cuando aún estaban los abuelos y ni siquiera me imaginaba, que algún día no iban a estar físicamente. ¡Ni que hablar de los viejos! Sobre todo, con padres tan guapos, saludables, activos y “fuertes”. Esas largas mesas con familiares, amigos y novios de…, que terminaban con cantos, baile y el viejo “paquetito”, con lo que quedaba sin comer. Ese día, papá fue a comprar el pan. Como buen hijo de inmigrantes, siempre pensaba que no iba a alcanzar y por si acaso, compró 4 KILOS! Ese 31 de Diciembre en la casa se había preparado, como de costumbre, DE TODO. El peceto mechado con Chorizo colorado, el otro con fruta abrillantada, los pollos, la ensalada que mamá había apodado “china” (¿?), que lo único que no tenía era zapatos viejos, los famosos ajíes o calahorras acaramelados, las berenjenas, zapallitos y ajíes rellenos, mas cualquier otra cosa que se agregara ese año. El budín de pan chatito que le encantaba a papá, (sobre todo cuando alguna amiga de mamá lo enganchaba por teléfono, permitiéndole acabarlo cucharita en mano), la ensalada de frutas de la abuela Emilia, el pan dulce que se comía entonces, un “bodoque” de la era de piedra (hecho por Tita), las nueces que el abuelo Victor rompía con las manos y las nietas queríamos imitar sin mucho éxito, y ese día, como única vez, una empanada rellena con algodón y otra con carozos de aceitunas, que eran el “chasco” de la noche, le tocara a quien le tocase. . El rincón con el Pesebre de los de antes, esas joyitas que ya no se ven. La frazada marrón a forma de montaña, con talco salpicado como nieve, donde colocábamos las piezas una a una el 8 de Diciembre, como lo marca la tradición, que coincidía con el cumpleaños de la querida abuela Concepción, a quien me parece estar viendo rezar alrededor del arbolito, persignándose miles de veces y bostezando. ¡Pensar que me tentaba cuando la veía de chica y hoy…! ¡Cómo la vida nos va girando el ángulo con los años! Para esa época, apareció en escena un primo de mamá, Cubano, que merecería una interesantísima historia aparte, pero lo mantendré en el anonimato, ya que era una figura pública muy conocida en su país. Era locutor y trabajaba en una radio muy famosa de la época por el sur, Radio Colonia. Estaba muy apegado a nuestra familia, a la que conoció cuando llegó a la Argentina ya de adulto y verdaderamente deseaba pasar la noche con nosotros más que nada en la vida. Lamentablemente, le tocó trabajar en la radio, en el “noticiero mas conocido de la época” y nos pidió que a las 12, sintonizáramos la radio para brindar con él, porque tenía una sorpresa preparada para nosotros. Para las 12, radio por medio, las sirenas comenzaron a sonar, los fuegos artificiales salían por los parlantes, el Lobo ladraba o mejor dicho aullaba (pero para hacerse el valiente nada más) y “el tío locutor” anunciaba al aire UNA CARRERA DE BICICLETAS (que nunca existió mas que en su imaginación) que él mismo procedería a relatar. El tema era que el grupo de ciclistas estaba conformado por los miembros de nuestra familia. Un nombre y un apodo. Recuerdo que el mío era Lilita, la rockanrollera. Durante 15 minutos, relató quién pasaba a quién, quién ocupaba el primer puesto, el segundo, describió caídas, accidentes y nosotros perplejos, no podíamos creer lo que estábamos escuchando. ¡Para que se den cuenta las cosas que nos venden por los medios! El tema es que él, ENCONTRÓ LA FORMA DE ESTAR. Obviamente, no es la mas recomendable, pero lo logró y sin estar físicamente, estableció una comunicación perfecta. Fue uno mas a la mesa, en realidad, fue la estrella de la noche.
En estos días siempre evalúo si es una buena idea recrear el menú de mamá como todos los años, en especial por Agustina, que rememora a la abuela Pilar a través de sus rutinas, nostalgié amores varios que brillarán por su ausencia física una vez mas. En verdad, como cualquier otro día, pero sin el peso social de esta época. Cualquiera que lo desee puede recrearse en sus ideas y fantasías y ESTAR. En la distancia, en la ausencia, en la cercanía, en los sueños... DE ALGUNA MANERA, SIEMPRE PODEMOS ESTAR. A veces alcanza con cerrar los ojos y sentir en el centro del pecho, esos AMORES que, como son AMORES, ESTÁN, SIEMPRE ESTÁN. No importa si es recíproco o no, si es correspondido o si los susodichos se enteran o no, puede que sí, puede que no. Pero si te sentís mal porque no están y el encuentro no es posible, buscá la manera de relacionarte desde otro lugar. A lo mejor, en lugar de sufrirlo, conseguís conectarte desde el AMOR y terminás llevándote una alegría inesperada. ENCONTRAR CUALQUIER FORMA QUE NOS PERMITA ESTAR donde palpite la ILUSIÓN. UN HERMOSO SUEÑO PUEDE SER MUCHO MAS FUERTE QUE UNA FRÁGIL REALIDAD. LA NAVIDAD, EL AÑO NUEVO, SON SÓLO EXCUSAS PARA RECORDARLO Y EXPERIMENTARLO. PERO LA IDEA ES HACERLO CUERPO, INCORPORARLO DÍA A DÍA. ESA LÍNEA DIVISORIA ENTRE LO PALPABLE Y LO IMPALPABLE. EL LÍMITE ENTRE LO QUE SE VE Y LO QUE NO SE VE CON LOS SENTIDOS. PODEMOS APRENDER A TRASCENDERLOS Y ATRAVESARNOS DE AMOR. QUE NO LES IMPORTE QUE LOS LLAMEN LOCOS O LOS INTERPRETEN. NO SABEN LO QUE SE PIERDEN.
Estar en paz, tal vez solos, o con una o dos personas, con el perro, el gato, los canarios, no debe ser motivo de tristeza. Recordemos de qué se trata la Navidad, la natividad y si es fin de año, no evaluarlo en términos de finales y comienzos. Pero como de costumbre, ese carga socio-cultural, puede llegar a condicionar en algunos casos, si no lo tenemos claro. De alguna forma, esa presión genera una época de introspección, de recogimiento, una resurrección. Un RENACER. ¡Tranquilos! También se puede disfrutar enormemente en silencio y con una digna porción de comida, tal vez ya no comemos carne y algo liviano preparado con ternurita nos satisface (NO HACE FALTA ENGORDAR),una musiquita, una flor, un aroma, lo que les resulta significativo. Encontrar la forma de estar, como la encontró el tío. Y por favor, CUIDEN A SUS MASCOTAS, NO LAS ABANDONEN Y NO REGALEN ANIMALES A QUIENES NO LOS VAYAN A CUIDAR. LOS SERES VIVOS NO SON REGALOS DE NAVIDAD.
SE PUEDE SER FELIZ CON MUY POCO. BASTA CON SER AGRADECIDOS Y AMAR.

Desde el alma y con el corazón.
Liliana Marcela Pérez Villar.
lilianamperezv@ gmail.com