viernes, 2 de agosto de 2013

¿MATERNIDAD, PATERNIDAD O NARCISISMO?


http://www.youtube.com/watch?v=loKMwfyoLxI

Recuerdo que cuando era una nena, el mundo hablaba sobre la maternidad-paternidad, como la consumación más elevada del AMOR, plasmada en su transmutación. O sea, cuando dos personas se enamoraban y se comprometían a compartir una familia, con respeto, cuidado y dedicación, haciéndose cargo de lo que ello significaba, más allá del romance. Nos explicaban que el AMOR era eterno y que si bien, con los años iba cambiando, nunca moría. Decían que la pasión podía ir desapareciendo y que por eso era tan importante ver, qué iba a quedar de ese vínculo, una vez que la pasión se gastara. Personajes como Susanita, de la genial tira MAFALDA, tiraban frases como: “El futuro perfecto del verbo amar es «hijitos»”. Era imposible disociar la idea “hijos”, de la idea “AMOR”. Uno se enamoraba, permanecía un tiempo de simpatías, empatías y antipatías con el ser amado, tratando de asegurarse que fuera la “persona indicada” para convertirse en LA MAMÁ o EL PAPÁ de los vástagos soñados. Si luego no funcionaba, no era por descuido o por impaciencias. La idea era, como los horneros, preparar el nidito de AMOR lo mejor posible, terminar las carreras y tener un trabajo “seguro”, para evitarles la mayor cantidad de adversidades posibles y prestarles todo el bien-estar que estuviera al alcance de la mano. Había un tiempo de espera, incluso de disfrute de las parejas a solas, anticipando la falta de tiempo que sobrevendría luego del nacimiento. Las abuelas, tías, hermanas, cuñadas…tejían mantitas, ositos, trajecitos, escarpines (en blanco generalmente porque no existía la ecografía), las más brujas apelaban a los péndulos, los tenedores y cucharas, la forma de las panzas y si mostraban las manos palmas arriba o abajo, como métodos adivinadores del sexo. Siempre había una brujilda muy reconocida, que arriesgaba opinión y ahí empezaban las lanas rosadas o celestes a dibujar las prendas más celestiales, como para el Guinness book, pero…como decía TuSam…”puede fallar”…y a veces, fallaba. Las propagandas en la tele explotaban hasta con golpes bajos, la sensibilidad de estos temas. ¿Quién no recuerda aquella con Hugo Arana Jr: “Pasan cosas lindas en una familia”, ella con los escarpines en la mano y él, con todas las caras juntas que nadie puede superar. El abrazo, la emoción, las lágrimas de alegría, la espera de todo el país que veía crecer la panza de Silvia Arazi y esperó los 9 meses hasta la segunda propaganda. Había más tiempo. Más tiempo para soñar, para esperar, para los ideales, para compartir en familia, para jugar… Y el famoso y patético “RELOJ BIOLÓGICO”, cuco amenazante de las mujeres, pero también de algunos varones, que en aquellos momentos era un límite calculable y hoy, parece ser un ultimátum o algo peor, convertirse en un chantaje. La década de los 70 quedó atrás. Hoy, cada uno de nosotros tiene su referente y ha crecido y vivido con él. Habrá quienes conserven estas ideas, otros las habrán modificado, otros un tanto y un tanto, otros no evalúan siquiera la posibilidad remota de traer hijos a este mundo a como está hoy…en fin…tantas versiones como personas. Pero hay algo que llama poderosamente la atención, y eso es nada más ni nada menos que EMPEZAR AL REVÉS, EMPEZAR POR EL FINAL. Hay una suerte de “CACERÍA DE APTOS Y APTAS” para engendrar, porque ya pasó el tiempo, por haber apostado al no compromiso, por haber estado tan preocupado de perder a millones por quedarse con uno/una, por haber salido del closet demasiado tarde (como se dice ahora) y estar apurado, porque quiero hijos para mi solo/a, hijos “míos”, que nadie me los pueda sacar o pelear en tribunales y se parezcan sólo a mi o a mi familia, o por la razón que sea. Y aquí además, comienzan a condicionarse las relaciones. El AMOR viene con un reloj bajo el brazo. Y bajo esta línea de pensamiento, las mujeres que ya no pueden concebir por razones de edad, pasan a ser descartables. Si ha tenido una menopausia prematura…a los 40 y tantos…bue…”te amo, pero…hay experiencias que quiero vivir y con vos no puedo…”, y si no es prematura pero no “sirve para tales fines”, también corre la misma suerte. Por otro lado, si es fértil, pero le falta poco para dejar de serlo, poco importará saber que ese niño será producto del AMOR, sino más bien, producto del apuro por ser madre o padre, ojo, eh! Los varones que hoy pasan de relación a relación, descartando amores y vinculándose superficialmente, tienen un cincuentazo que los pone fatal y los convierte en víctimas de su propia creación. ¿No sería mejor apostar por el amor SIEMPRE? Digo yo, con tantos pibes muriendo de hambre y padeciendo atrocidades por todo el mundo, no sería mejor brindarles un hogar, AMOR, cuidados, rescatarlos de sus destinos tortuosos que gastar fortunas en vientres de alquiler, fecundaciones in vitro, operaciones, etc? No es una crítica, es otra opción. Tal vez si se pudiera abordar la maternidad o la paternidad desde un enfoque menos narcisista, re-jerarquizaríamos el AMOR, la femineidad álmica y no carnal, la mujer sería más apreciada por su esencia y no por su capacidad de procrear, los varones no abandonarían a sus compañeras de toda la vida por dos más jóvenes… y todos viviríamos más relajados. Estaría bueno que más allá de las necesidades propias de “tener hijos”, se pudiera pensar en los sentimientos de ellos. Mi intención no es moralista, ni mucho menos. Es sólo que me pregunto si es necesario condicionar amores, inventarlos o desecharlos, para conseguirse hijos, con tantos chicos sueltos por el mundo. Cuando la maternidad-paternidad dejan de ser algo natural, una expresión consumada del AMOR, y se convierte en algo forzado, ficticio, que separa en lugar de unir, que se convierte en otro consumo, en lugar del fruto espontáneo del AMOR… ¿Tiene sentido o es la marca de una personalidad narcisista? No se es madre o padre con el cuerpo, sino con el corazón. ¿Cuántos padres y madres conocen que no se hacen cargo de sus hijos biológicos? ¿Cuántos que se matan en tribunales sin importarles nada de su sufrimiento? ¿Cuántos niños crecen en hogares mono-parentales, a cargo de un solo progenitor? ¿Cuántos hijos del alma nos van apareciendo por la vida y cuántos padres y madres sustitutos? ¿Será hora de revisar estas elecciones en pos del bien común y la salud de los menores? No abandones el AMOR de un hombre o mujer por concebir. Priorizá al AMOR por sobre todas las cosas. Lo mejor que puede pasarle a un niño es vivir en un clima de AMOR, sea o no biológico, sea una pareja homo o heterosexual, sean jóvenes o mayores, pobres o ricos… No hay que invertir el órden del cielo. La descendencia es una consecuencia, no la causa.
ALL YOU NEED IS LOVE, LOVE IS ALL YOU NEED, LOVE IS ALL THEY NEED, AND LOVE IS ALL WE NEED. Taaa ta tararaaaa!


Desde el alma y con el corazón.
Liliana Marcela Pérz Villar.
lilianamperezv@gmail.com

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