domingo, 12 de junio de 2016

PALITOS CHINOS Y DECISIONES. CLARIDAD.

Desde chica, siempre me llamó la atención el juego de los palitos chinos o Mikado. Es un juego ancestral de habilidad, que puede ser considerado educativo. Se juega con un conjunto de varillas con bandas pintadas de diversos colores. Miden unos 20 centímetros. Para comenzar, se toma el haz de varas permitiendo que las puntas toquen la superficie, dura, horizontal y plana donde se va a jugar, como cuando sacamos los tallarines crudos del paquete con la mano y los apoyamos sobre la mesada para emparejarlos. Enseguida, se suelta el conjunto de palillos y se deja que caigan al azar. Después que todo movimiento haya acabado, lo siguiente es recolectar pieza por pieza así, todas las posibles, esto sin permitir movimiento alguno de otro u otros de los palillos que no sea el intencionado a ser recogido; un solo intento por cada jugador. Lo que me impresionaba mas era, cómo ese caos de maderitas cambiaba notablemente, al lograr retirar el primero. Parecía que todo se aclaraba y despejaba. Ese ejercicio entre el ojo enfocado y la mano, que requería de toda nuestra atención y cuidado. Se cortaba la respiración al comenzar el movimiento y el silencio era sagrado. Eso si, una vez retirado, aparecían los gritos y todos los sonidos onomatopéyicos imaginables. Piensen que no existía Internet, ni celulares, apenas la televisión y creo que en blanco y negro. Según tengo entendido, su origen aparece en escritos budistas del siglo V A.C y se extiende hasta hoy alrededor del mundo y bajo diferentes nombres. Cuando llega a consulta algún paciente atravesando un momento de confusión, angustiado, con poca claridad, acumulación de información y cosas pendientes, inevitablemente, esta imagen de palitos chinos en mano, viene a mi mente. ¿Quién no conoce los palitos chinos? ¿Quién no jugó alguna vez? Bien, le sugiero entonces, que escoja cuál es el que va a intentar sacar. Uno solo. Puede suceder que se dibuje de golpe una sonrisa en ese rostro compungido o por el contrario, mas se aferre al desorden ante el mínimo atisbo de resolución. De todas formas, aunque esta posibilidad haga aparecer al enojo, la jugada está planteada. En la mayoría de los casos, es muy aliviante poder llegar a despejar el panorama y focalizar la atención de la mente en aquel palito que está trabando todo el resto. Es ahí, cuando se enciende la luz. Ese momento en el que algo se acomoda adentro. Frente a esa chispita que hizo contacto, se alinean los caramelitos en el frasco. Cric Cric…Cric Cric… ¡Ahhhhhhhhhhh…o sea que…es por eso que…mirà vos…nunca se me había ocurrido… y los otros temas periféricos, los que quedaron en segunda línea, entran en el círculo de prioridad, donde van a reajustarse de otra forma. De no ser posible, quedarán despegados como para poder enfocarlos en un próximo encuentro. Es como cuando despejábamos X en el colegio. La confusión aparece para NO HACER NADA. Al entrar en CLARA VISIÒN, se pasa a la ACCIÒN. Es como estar más liviano. Y si, estoy escuchándolos pensar en voz alta: “Ah, como si fuera tan fácil”. La respuesta es sí, definitivamente. Al menos, es mucho más fácil que seguir viviendo en esa angustia espantosa de emociones negativas y elegir no pensar, no sentir y en consecuencia no hacer y perpetuar el infierno aquí en la Tierra. Pasa que en los juegos de la mente, donde el humano eligió que la culpa la tiene siempre el otro, que la solución es ofenderse o jugar a que es tonto o perfecto, o loco, hacerse cargo “no garpa”. ¡Inténtenlo! ¿Quién dijo que todo está perdido? A veces es sólo cuestión de escuchar una palabra, una frase y se hace de día. Se comprende. Se comprende con el cuerpo, con los cuerpos, no únicamente con la cabeza. Quién les dice que un amigo les tire una frase de 5 palabras, café por medio o ensalada de frutas por medio y eso les ordene los patitos. Una clase, una sesión, una meditación, un sueño…Hay que estar atentos a las señales, las respuestas, los mensajes que nos llegan todo el tiempo y que nos suelen pasar de largo. Una cosa es hacerse el occiso por manipulador, para no hacerse cargo y que otro cargue con tu oscuridad y otra muy distinta es por no estar atento. No permitas que esto te pase. Puede que en un ratito, se entienda todo. Después se verá qué hacer con ello o quizás venga con la respuesta incluida. El orgullo consume y enferma. Si te reconocès repitiendo y repitiendo, si te aparece la respuesta, dale para adelante. Mirà cómo le fue a Narciso por idolatrar su imagen. No hay que demostrarle nada a nadie. Desde el alma y con el corazòn. lilianamperezv@gmail.com https://www.facebook.com/Anamcara-Centros-de-Energ%C3%ADa-51043297182/